martes, 21 de junio de 2011

Castas y Sextas en la época de Jesús.

Los Esenios:
En ese interregno se conoció y surgió a mediados del siglo 11 a.C. una tercera congregación, los Esenios, precursora de la Iglesia Cristiana, de origen semítico sirio, que vivían completamente apartados y alejados, marginados de aquellos dos núcleos señalados. Se los encuentran, preferentemente, asegura Plinio el viejo, historiador romano, en el borde occidental del Mar Muerto, en el oasis de Engandi y en otras regiones entre Asiria y Palestina. También se los ubica incluso en Egipto, en el canto del Lago Maorís. Hablaban el arameo, lengua asirio-babilónica internacional en toda el Asia occidental y en ese idioma habló el Redentor. "Talika Kum", se expresa el Maestro cuando le habla a la hija de Jairo." Porque no reconocéis mi habla" Y en el "desamparo y muerte "del Mesías exclama: " Ilihi, Ilihi. Lima Schabaktani”! Dios Mío!, por qué me has abandonado!". Los judíos creían que llamaba en hebreo al Profeta Elías, por afinidad o parecido de la palabra aramea Ilihi.

Renán asegura que Jesús "no conocía el griego y al hebreo no lo comprendía bien". Por eso sostenemos que el Evangelio fue dado en sirio-arameo y que los Apóstoles Juan, Mateo, Marcos y Lucas lo vertieron en otros idiomas, y de ahí surgieron diversas interpretaciones. Debido a Clemente, discípulo de Pedro, los consignó por escrito, y allí está indicado los libros que deben ser aceptados como inspirados y con cuya doctrina se deben conformar las acciones de cada uno.

Los esenios hacían una vida comunitaria con excepción de un sector, los restantes permanecían en el celibato. Éstos eran los activistas; los otros contemplativos, pero ambos apiñamientos eran poseedores de acrisoladas virtudes. N o ejercían el comercio, pero se destacaban como albañiles, carpinteros, tejedores, orfebres, distinguiéndose por la comunidad de propiedad y la práctica de la caridad.

No tenían ascendencia sobre el pueblo que vivía amorfo y decadente. Cristo rechazó de cuajo a la sociedad opresora y autoritaria en que vivía y su rechazo del modo de ser del hombre en el mundo. El Maestro era hijo de Mirian (María) esposa "en apariencia" del carpintero José. Ella era de Galilea de noble cuna y afiliada a los esenios. Por eso más tarde, por oprobio dan este nombre de Galileo a Jesús (Isa en árabe) y a los cristianos. Se les llamaba en Siria a ciertos ascetas-siervos de Dios - Assaja-, en la Península Árabe y en el viejo Egipto Hanifis, ortodoxos en la fe monoteísta y enemigos de la idolatría. Los helenos, terapeutas médicos por ser celosos custodios de las tradiciones proféticas, y en el Evangelio fueron llamados Gentiles. Desarrollaban sus papiros y se iban al páramo, indudablemente en el valle de Josafat, a invocar al Dios Universal.

Sobre estos papiros deseo significar que en el año 1947 unos palestinos-árabes hallaron en Khirbet Qumran centenares de esos rollos fragmentados que datan del Siglo 11 a.C. Cuando los romanos se acercaron a Jerusalén en el año 68 de la era cristiana, los esenios se apresuraron a ocultarlos en sus cavernas 40 Km al este de Jerusalem -cercanas al Mar Muerto. El padre Roland Guerín de Vaux, nacido el 17/12/1903, egresado de La Sorbona y afincado en la Escuela de Estudios Bíblicos de los domínicos en Jerusalén, en aquel año 1947 andaba hurgando en viejos anaqueles. Aquellos árabes, le llevaron algunos de esos manuscritos del Mar Muerto, comenzando los científicos europeos a reunir los centenares de rollos. La Iglesia que se había opuesto en su comienzo levantó la interdicción; y previa traducción, fueron publicados posteriormente. De esa lectura surge que Jesús era Esenio y que el Nuevo Testamento era su Obra Divina. Al Injil en árabe. Algunos suhuf o rollos fueron declarados falsos por el Profeta Muhammad (BP). Era posible cierta adulteración tratándose de una vaga apelación para designar la Thorá. Lo cierto es que el monoteísmo islámico se arraigó en la Península Árabe, donde proliferaba en los campamentos beduinos un politeísmo contumaz-- yahiliah en árabe.

LOS ESENIOS NO ADMITIAN SERVIDUMBRE
El despotismo de los gobernantes de Judea, los celos de los sacerdotes corruptos que apañaban esa dependencia con reminiscencias retrógradas, había obligado a estos anacoretas a refugiarse en el calor hogareño animados en sus quehaceres agrícolas y artesanales. Su objetivo primordial era curar enfermedades físicas y morales. No ofrecían sacrificios y solo pretendían servir al Dios Único con piedad y humildad.

A pesar de vivir enclaustrados eran libres, trabajando los unos con los otros, no admitían ninguna clase de servidumbre por considerarla ilícita, pero para ser alguien en la comunidad, era preciso soportar severas penitencias, un estricto ascetismo, no solo en el primer año de su iniciación, sino en los subsiguientes períodos, donde comenzaban a ser invitados a los ágapes o cenas íntimas.

Jesús admitió esa fraternal modalidad esenia donde se repasaban los suhuf-pliegos-de Ibrahim-Abraham o los versículos de la Thora original, dictados por Moisés y que finalizaban con invocaciones al Todopoderoso.

El trato era de hermanos, su vestimenta, túnica blanca. Se oraba de rodillas al estilo de Salomón; con el rostro en tierra, a la usanza de David, de pié, como el pueblo en el templo; y en los casos de súplica con las manos extendidas y elevadas como el Patriarca y con el rostro vuelto hacia el Santuario de Jerusalem.

Hoy visten, tratan y rezan así los musulmanes y únicamente la Quibla (palabra árabe que señala el lugar donde debe dirigirse el creyente frontalmente en sus oraciones) ha sido orientada hacia el Templo Sagrado de la Kaaba, en La Meca, abrogando el Profeta Muhammad (BP) la prístina orientación jerosolimitana.

Al iniciar Jesús su prédica, halló en su gente un sentimiento unánime de solidaridad, desde Galilea hasta Egipto. Recuérdase que en el último país fue llevado en su niñez, escapando del despotismo herodiano (Herodes) y tuvo la Sagrada Familia calurosa acogida entre sus acólitos que vivían en la entrada de los pueblos, parajes o mesones donde se le proporcionaba sustento y se les guiaba en el camino.

Retornó a Palestina y luego de un corto período, volvió al Valle del Nilo plenamente inspirado e instruido por Dios en sus doctrinas, verdaderamente fuente de vida, donde fue consagrado para el Sacerdocio Regio.

Vivió creciendo de gracia en gracia 29 años de vida mortal, ocultando los milagros. Al regresar a Tierra Santa fue capaz de soportar cualquier infortunio de los pérfidos que no creyeron en su mesiánica misión, haciéndolo con altivez rayana sin exigir profesión de fe. Sólo la palabra tenía un valor inapreciable, y fueron precisas, impregnadas de sabiduría y originalidad en su síntesis, muchas de ellas incorporadas en sus Agraphas, una especie de hadices como los que tiene el Islam.

No comulgaba con los fariseos, ni tampoco con los saduceos de las pompas ornamentales de los cultos, muchas veces embuídos de un paganismo atroz. Sacerdotes que pupulaban las sinagogas en sus macabras y artilúgicas interpretaciones, eran severamente impugnados y enjuiciados por Isa-Jesús.

A los 10 Mandamientos impuso el undécimo que enseña "amarse los unos a los otros". Odiaba la mentira y la cizaña-fitna-y aconsejaba la humildad. Ejerció el doctorado de alma, terapéutica oculta, meditando sobre el destino de la humanidad.

Instituyó períodos de ayuno anuales, durante 40 días, bebiendo agua de los manantiales y merendando algunos higos secos o dátiles como único alimento, acotando que el estómago es la puerta de muchas enfermedades. Las abluciones eran diarias, como enseñando hacia el futuro y en concordancia con la abstinencia que la higiene del cuerpo era la etapa inicial para la salud del espíritu a la que estaba absorto.

Al parecer el Bautista que era Esenio también, presagia la aparición del Mesías. En la Escritura dícese: "que de la descendencia de David y de la aldea de Belén viene el Mesías". De Galilea no surge ningún Profeta" arguyen. Suponían falsamente que Jesús era nacido en Galilea. Por eso, los judíos ignorando el nacimiento de Jesús en Belén, concluían alegando erróneamente no poder ser Jesús el anunciado Profeta y aún los judíos están esperando a orillas del Lago Genesareth.

Los antiguos egipcios vaticinaban simultáneamente que el Ave Fénix estaba por renacer de sus cenizas. Judá comenzaba a morir lentamente.

Es cuando Juan Bautista es recluido en la fortaleza de Makerus y defenestrando a los fariseos y saduceos les enrostra: ¡Engendro de víboras!

"Y no se os ocurra decir dentro de vosotros; tenemos por padre a Abraham". El Sagrado Corán niega también esa falsa paternidad.(3-67 ).

El Profeta Isaías (775-732 a.C.) ocho siglos atrás se había enfrentado también con idénticos apóstatas de la casta sacerdotal farisea de Jerusalem y los tildó con similar epíteto: "Raza maldita" (Cap.1 Vers.4-21 y 23 AT).

Jesús revela a los suyos que había comenzado el momento de actuar predicando en Galilea, pues no deseaba hacerlo en Judea, el "Evangelio del Reino de Dios". El maestro presagiaba, sin duda, en Betania y en el Monte Olivete, mientras adoctrinaba a Pedro, Andrés, Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás Santiago (hijo de Alfeo) y Simón, Judas Tadeo y Judas Iscariote, su temporal vida terrenal. Sólo el último de los discípulos de Jesús era de Judea, oriundo de Queriet, Judas el traidor.

"Respondióles Jesús: ¿Por ventura no os he elegido yo a los Doce? Sin embargo de vosotros, uno es el diablo". Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste era quien le había de entregar, con ser uno de los doce. (San Juan 6-71.72)

Escribas, fariseos y magnates de Israel deliberaron secretamente para analizar la forma más hábil de prender a Jesús con ardides y condenarlo. Fue en Judea donde lo condenaron!

Treinta y tres años tenía, representaba cincuenta cuando ofreció el sacrificio de su cuerpo para salvar a la humanidad que se debatía en el paganismo multiforme. Por eso fue llevado al suplicio de la cruz. (En apariencia según el Islam pero su alma se elevó y el mundo se encauzaba hacia un bienestar concreto).

Los Sicarios:
Un sicario o asesino a sueldo es una persona que mata por encargo a cambio de un precio. Es una figura conocida por el derecho romano que reguló especialmente su condena penal, por la particular crueldad con que se conducían estos asesinos, mediante la lex Cornelia de sicariis et veneficis (ley Cornelia sobre apuñaladores y envenenadores) del año 81 antes de nuestra era.
Su nombre proviene de la sica, puñal o daga pequeña, fácilmente ocultable en los pliegues de la toga o bajo la capa.
Su actividad estuvo vinculada en principio a la política, actuando en las asambleas populares, particularmente durante el peregrinaje al templo, cuando apuñalaban a sus enemigos (contrarios políticos de sus amos o simpatizantes -cliente- de ellos) lamentándose ostensiblemente después del hecho para escapar de la detención. Literalmente sicarius significa “hombre-daga”.

Etimología
Sicarii (plural latino de sicarium, que usa de daga, asesino por contrato o encargo) este término se aplicó, por analogía empleada por los invasores y ocupantes romanos, a los defensores judíos, (o a los insurrectos) que procuraron expulsar a los romanos y a sus partidarios de Judea:
Cuando Albinus alcanzó la ciudad de Jerusalén, dobló cada esfuerzo y tomó la determinación de asegurar paz en la tierra exterminando la mayor parte del Sicarii.
Testimonios de sicarios en la antigüedad
Las víctimas de estos sicarii incluyeron a Jonatán, el supremo sacerdote, aunque es posible que su asesinato haya sido orquestado por el gobernador romano Félix. Algunos asesinatos eran llevados a cabo como venganza contra los romanos por parte de la población judía entera del país. En algunas ocasiones, podían ser sobornados para que no mataran a sus víctimas previstas. Si el relato acerca de Barrabás no es una invención para crear una parábola, se comprueba que incluso sicarios condenados eran en ocasiones liberados si prometían no matar a sus opositores, aunque no hay evidencia de esta práctica fuera de los evangelios, que concuerdan en gran parte en este punto. Una vez, cuenta Flavio Josefo, después de secuestrar al secretario de Eleazar, gobernador de los recintos del templo, los sicarios llegaron a un acuerdo para liberarlo a cambio de diez de sus camaradas capturados.

Rebelión Judía
            Al principio de la rebelión judía (66), sicarios, con la ayuda de otros zelotes, entraron en Jerusalén y cometieron una serie de atrocidades, para forzar a la población a luchar. Según un relato del Talmud impidieron el suministro de alimentos de la ciudad para forzar a la gente a luchar contra el sitio romano en vez de negociar la paz. Sus líderes, incluyendo Menahem ben Jair, Eleazar ben Jair, y Bar Giora, eran figuras importantes en la guerra, y Eleazar ben Jair finalmente logró escapar al ataque romano. Junto a un pequeño grupo de seguidores, se abrió camino hasta la fortaleza abandonada de Masada, donde siguió con la resistencia contra los romanos hasta 73, año en que los romanos tomaron la fortaleza y descubrieron que la mayoría de sus defensores habían preferido suicidarse antes que rendirse.
En el libro La Guerra Judía (VII) de Flavio Josefo, tras la caída del templo en el 70, a manos de los sicarios julfines se convirtieron en el partido judío revolucionario dominante, disperso en el exterior. Flavio los asocia particularmente con el suicidio en masa en Masada en 73 y el subsiguiente rechazo "a someterse al censo de impuestos cuando Cirenio fue enviado a Judea a levantar uno" (José) como parte de su estrategia religiosa y política como luchadores de la resistencia:
Algunas de las facciones de los sicarion, no contentos con haberse salvado, volvieron a embarcarse en una nueva intriga revolucionaria, persuadiendo a aquellos que los recibían allí a reafirmar su libertad, a no valorar a los romanos como mejores que ellos mismos y a considerar a Dios su único Amo y Señor"

Judas Iscariote

En el nombre de Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús, el epíteto "Iscariote" es interpretado por la mayoría de los eruditos como una transformación helénica de sicario. El sufijo "-ote" denota membrecía o pertenencia a - en este caso a los sicarios. Este significado se pierde cuando los Evangelios son traducidos a hebreo moderno: Judas es traducido como "Ish-Kerayot", convirtiéndolo en un hombre de los suburbios de la ciudad. Robert Eisenman presenta la visión general de historiadores seculares (Eisenman pág. 179) al identificarlo en cambio como "Judas el Sicario". La mayoría de las consonantes y vocales coinciden con Flavio, Sicarioi/Sicariōn; en el Nuevo Testamento Iscariote. (Eisenman 1997 pp. 179 etc.)

Los sicarios en la actualidad: Modus operandi
Su manera de hacer el trabajo difiere mucho de la de los otros asesinos, puesto que dependiendo de la situación, ellos tienen que plantear un escenario adecuado al de la víctima.
Esto puede ser de tres formas:
§  Público: eliminan al objetivo sin importar la presencia de otras personas, haciéndolo parecer un asalto, haciéndolo parecer un acto de terrorismo (eliminando a las personas más cercanas) o simplemente sorprendiendo a su objetivo de frente.
§  Limpio: eliminando solamente al objetivo, sin testigos (en caso de que hubiera también son eliminados), rápido y sin rodeos.
§  Disfrazado: eliminando al objetivo, sin testigos, planteando una situación que pudiera hacerlo parecer un accidente, suicidio o cualquier otra cosa que este distante de la realidad.
Debido a que los sicarios tienen un trabajo muy arriesgado, trabajan en equipos de cuatro con un comandante al mando. Aquellos que disponen de sus servicios solo los llaman cuando tienen que darles un blanco a eliminar, y siempre usan un léxico (claves) muy diferente que solo ellos entienden para evitar que alguien ajeno a la conversación los entienda. Los profesionales evitan incluso ser visto por sus clientes, como método de prevención ante cualquier chantaje o traición por parte de quien le fuera a pagar. Los sicarios (dependiendo de su nivel) trabajan para todo tipo de gente, desde gente de bajos recursos económicos, hasta con el crimen organizado.
La cantidad de dinero que reciben los sicarios por sus servicios varía dependiendo de su nivel y de quién sea el contratante. Si se tratara de una persona ordinaria, la cantidad de dinero difiere mucho a la de un político, empresario o miembro importante de alguna mafia.

Los Zelotes:
Se llama zelote a un miembro de un movimiento político nacionalista en el Israel del siglo I fundado por Judas el Galileo poco después de nacer Jesús. El nombre (del hebreo qanaim, de קנא, "celar") se refiere al celo por Iahvé guardado por sus miembros.[1] [2]
Los zelotes fueron la facción más violenta del judaísmo de su época, enfrentándose frecuentemente a otras facciones como los fariseos o saduceos, a quienes acusaban de tener "celo por el dinero". El vocablo zelota ha pasado a ser sinónimo en varios idiomas de intransigencia o radicalismo militante.
Algunos historiadores los consideran como uno de los primeros grupos terroristas de la historia ya que utilizaban el homicidio de civiles que a su entender colaboraban con el gobierno romano, para disuadir a otros de hacer lo mismo. Dentro del movimiento zelota, una facción radicalizada conocida como los sicarios, se distinguió por su particular virulencia y sectarismo.
Su objetivo era una Judea independiente del Imperio Romano mediante la lucha armada tal y como sucedió en la Gran Revuelta Judía del 66-73 durante la cual controlaron Jerusalén hasta que la ciudad fue tomada por los romanos, que destruyeron el Templo, y tres años más tarde ocuparon la fortaleza de Masada, el último refugio zelote, tras el suicidio de sus defensores.
Los zelotes en los evangelios
Judas el Galileo es mencionado como uno de sus líderes más relevantes y recordado por sus acciones en la época del primer censo en Judea, tal como figura en los Hechos de los Apóstoles.[3] En el Nuevo Testamento es conocido el capítulo en la que la libertad de Barrabás, quien podría ser un líder zelota preso, es preferida por una muchedumbre a la de Jesús de Nazaret, atestiguando la popularidad de dicho movimiento en su época.
Uno de los discípulos de Jesús, escogido por él como apóstol, provenía posiblemente de este movimiento, pues es designado inequívocamente como Simón el Zelote en el Evangelio de San Lucas.[4] Esta traducción que hace Lucas, ζηλωτην zelotei, contrasta con la trascripción griega καναναιον, kananaion, de Marcos y καναναιος kananaios, de Mateo, que obviamente se refieren al hebreo qanaim o al arameo kanán. Se ha especulado en cambio sin ninguna prueba, con que Judas Iscariote era "Judas el sicario". Sin embargo, en el Testamento en Galilea de Nuestro Señor Jesucristo, evangelio apócrifo etíope, se menciona a Judas como zelota (capítulo II, versículo 12) y se le reconoce como hijo de Simón el cananeo o el Canaíta. El nombre de Iscariote sería nada más un apelativo derivado de ishi-karioth (hombre de la sica, el temible puñal curvo de los sicarios).
Fuera como fuere, muchos estudiosos consideran la condena de Jesús por la comunidad judía como una actitud que responde al desengaño de los israelitas respecto a Él, que se reveló, no como un líder militar zelote que liberara a los judíos del yugo romano, sino como un líder espiritual, que solo prometía una liberación más allá de este mundo. Igual se piensa de la actitud de Judas Iscariote, desengañado porque su mesías no era el líder terrenal que él deseaba.
Referencias
  1. Números 25:10-11
  2. 1Reyes 19:10
  3. Hechos 5:37
  4. Lucas 6:15

Los Saduceos o casta sacerdotal.
               El nombre se conecta con Sadoq, quien era el sumo sacerdote, que Salomón sustituyo por Abiatar (1 Re. 2,27. 35). Según W. Manson, deriva de la palabra griega Sindicos (σúvδικoς). Abogado. Por ser considerados defensores de la justicia, como miembros del Sanedrim. Pero esta versión es inadmisible.
            Los descendientes de Sadoq ejercieron el Sumo-Sacerdocio hasta la cautividad de Babilonia (587 A.C.), y después al regresar del Exilio (538 A.C.) (Esd. 3,2). No se sabe, cuando se iniciaron como grupo, pero durante el gobierno de Alejandro Balas (153 A.C.), se habla de un Partido Helenizante, que se opone a los Macabeos, cuando Jonatán es instituido Sumo-sacerdote, por el mismo Alejandro Balas. Es en tiempos de Juan Hircano, cuando se distingue entre Saduceos y Fariseos. Apoyados por Juan Hircano, los Saduceos adquirieron gran fuerza, gracias a su visión Helenizante. Flavio Josefo (Ant. Jud. XIII, 10, 5-6) cuenta la manera como se paso Juan Hircano, del partido Fariseo, al partido Saduceo. En un banquete, pregunto Juan Hircano a un fariseo sobre el tema de la perfección. Este le respondió, que debería dejar el cargo de Sumo-sacerdote porque su madre había sido esclava bajo el reinado de Antíoco Epifanes, y contrastaba con las prescripciones rabínicas. Hircano se ofendió gravemente, y pregunto a los otros fariseos, que pena merecía el ofensor. Contestaron, latigazos y prisión. Hircano que deseaba la muerte del ofensor, considero a todos los fariseos cómplices, y se declaro su enemigo. Por eso, bajo el gobierno asmoneo, los saduceos se convirtieron en partido de gobierno. Con los romanos fueron conciliadores. Mantuvieron el Sumo-sacerdocio, dominado en el campo religioso. Mientras, los fariseos, con ayuda de los Escribas, mantenían mayor influencia entre el pueblo.
            Se trataba de un partido político-religioso. Pertenecían a la clase alta. Eran abiertos a la cultura paganizante. Solo aceptaban la Ley Escrita, y se consideraban guardianes del verdadero judaísmo. Se consideraban libres del peso, que los fariseos habían impuesto sobre la población (Mt. 23,4). Negaban la providencia y afirmaban un fatalismo absoluto, ya que todo cuándo ocurre, no depende de Dios. Negaban los premios-castigos, después de la muerte, porque el alma desaparecía con la descomposición del cuerpo, “como la nube se deshace y desaparece, así el hombre baja a la tumba y no regresa jamás”. No admitían la resurrección de los muertos (Mt. 22,23-24). Su doctrina es más o menos la misma de Proverbios, Qohelet, etc., donde no se afirma, ni niega la resurrección. No admitían la existencia de los Ángeles (Hech. 23,8), ni de otros seres espirituales, fuera de Dios. Negaban la Halakah, que eran las normas ya fijadas para regular las practicas religioso-jurídicas de la Ley, no admitían la tradición, y por eso, aceptaban la Ley mosaica rigurosamente, en materia criminal, practicando la Ley del Talión, copiada de la jurisprudencia del Antiguo Oriente, como lo demuestra el Códice de Hammurabi, compilación de leyes babilonias del II milenio A.C. Se mostraban, profundamente arrogantes, ante aquellos que no pertenecían a su partido.
            En cuanto a la celebración de la Pascua, si esta caía en viernes, la celebraban al otro día sábado; mientras los fariseos la celebraban el mismo viernes. Consideraban el sacrificio del cordero, como algo privado, que violaba el día santo. Mientras que los fariseos lo consideraban un sacrificio publico, superior al sábado. Vivian en medio de grandes riquezas, por eso se adaptaba a quienes ejercían el poder. Además, eran políticamente astutos y buscaban obtener las mejores ganancias del gobierno de turno. Gozaban de poca autoridad y crédito ante el pueblo. Gobernaban en el culto y en las cosas sociales, según les convenía. A todos aplicaban el calificativo “Turba maldita que no conoce la ley” (Jn.7, 49). Eran numéricamente inferiores a los fariseos. El encuentro entre Juan Bautista y los saduceos, indica su interés por el movimiento bautista (Jn. 1, 19-26). Como no les interesaban las disquisiciones, tuvieron poco contacto con Jesús, aunque la hostilidad viene evidenciada claramente en el Evangelio.

Los Fariseos o grupo politizante.
               El nombre Fariseo deriva del arameo Parásh [פרוש], Separar. Era un titulo aplicado por sus enemigos. Se llamaban a sí mismos, Haberín [שיתוף], compañeros, o también Kdoshim [קדושים], santos. Fueron humillados por Juan Hircano, al separarse del movimiento, a favor de los Saduceos. Alejandro Janneo (103-76 A.C.) les declaro la guerra durante seis años. Pero, antes de morir, le rogo a su esposa Salomé Alejandra, que devolviera el poder a los Fariseos. Eran, normalmente, austeros, corteses, benevolentes en sus juicios sobre los otros. Admitían la libertad humana y la inmortalidad del alma. “Todo, decían, está gobernado por la Providencia”. Al lado de la ley escrita, tenían la tradición oral, venerada en forma exagerada. Descendían a nimiedades externas (Mt.  15,20). Insistían, hasta afirmar, que era prohibido, en sábado llevar un higo seco o comer huevo, puesto en sábado. Tenían 613 mandamientos, 365 mandamientos positivos, como los días del año y 248, negativos o prohibiciones, como partes tiene el cuerpo humano, según la sabiduría rabínica. Los  613 mandamientos son llamados Taryág Mitzvot, que según la tradición rabínica fueron dados a Moisés. La expresión Taryág es una forma gnemotecnica: La Táu [טאו], vale 400; La Résh [ר], vale 200; La Yod [י], vale 10 y La Guimel [ג], vale 3. Así se perdía la diferencia entre lo importante y lo secundario, entre lo grande y lo pequeño (Mt. 26,36-38). La Piedad y la Fe era pura erudición, porque se debían conocer todos los preceptos.
            Las acusaciones de Jesús son evidentes (Mt. 23). La conducta farisea tendía a la destrucción de la Ley de Dios, lo cual es el peligro más grave en todas las religiones. La Prueba, que había diversas actitudes dentro del Fariseísmo de Jerusalén (Lc. 14,1). Nicodemo, el fariseo, lo visita (Jn.3, 1). Un Fariseo lo sepulta en su propia tumba (Lc. 23,50-51). Un fariseo, llamado Gamaliel, defiende a los Apóstoles ante el Sanedrían (Hech. 5,34-39). El Apóstol Pablo de Tarso se jacta de haber sido educado en la Escuela de Gamaliel (Hech. 22,3), y de ser Fariseo, en cuanto a la Ley (Fil. 3,5). Algunos Fariseos creyeron en Cristo (Hech. 15,5). Se oponían, rotundamente, al Helenismo. Allí radica la diferencia con el partido Saduceo.